La magia del cine en mi infancia (1994 - 2001)

Hoy me ha dado por ponerme nostálgica, pero no sin una buena razón. Me refiero, en este caso, al género cinematográfico, en el que empecé con Disney como es lo normal en mi época, pues más allá del ratón Mickey y las princesas no había mucho donde elegir. Por eso mis padres buscaban películas de imagen real en las que saliesen animales, ya que me encantaban. Y las repetía una y otra vez. No sé cuántas veces habré visto Liberad a Willy, o Cheetah, una historia sobre un guepardo, mi animal favorito de pequeña. Pero tranquilos que no pretendo hablaros de todas las películas que me han marcado en la vida porque esta entrada se alargaría muchísimo, así que me centraré en mi género favorito: el fantástico. No obstante, debo aclarar que este género no siempre me cautivó como ahora, sino que llegó a causarme verdaderas pesadillas. Un ejemplo de esto sería El aprendiz de brujo de Mickey Mouse, pues la idea de unas escobas con vida propia y sin cara me asustaba más de lo que podía soportar. Y no era lo único. Películas como Taron y el caldero mágico, y Anastasia, ambas de Disney, me provocaban auténtico horror. Al igual que otras de imagen real como Dentro del laberinto y Willow. No sé explicar por qué me sucedía esto, aunque imagino que simplemente no podía concebir lo extraño, cosa que aún me pasa a día de hoy ante ideas muy locas y retorcidas por las que siento un primer rechazo, y que a veces al cabo de un tiempo me acaban gustando. Así, poco a poco me he ido acostumbrando al fantástico hasta enamorarme de él. Y he aquí cómo empezó esta historia de amor.

MERLÍN, EL ENCANTADOR


Merlín, el encantador es una película de 1963, y probablemente se trate de la primera obra de fantasía que vi en mi vida. Es por esto que le tengo un especial cariño. Pero más allá del carácter profético que yo le adjudico, también está el hecho de que poseía una serie de características que la convertían en una de mis favoritas por aquella época. Y estas características no tenían nada que ver con la fantasía, porque entonces, como ya he dicho antes, estaba obsesionada con otra cosa: los animales. En esta historia el personaje de Merlín se convierte en el tutor de Arturo, y le da una serie de lecciones utilizando su magia. Gracias a esta Arturo se convierte en pez, en ardilla y en pájaro, siendo este mi momento favorito de toda la película. No puedo decir a ciencia cierta qué edad tenía cuando la vi, pero estoy segura de que era muy pequeña, y ya entonces empecé a fantasear con la idea de cumplir mis sueños, el de volar en este caso, con la ayuda de magia.

LA BRUJA NOVATA


La bruja novata es una película de 1971, la cual no alcanzó el mismo éxito que su predecesora, Mary Poppins. Yo estoy segura de haber visto Mary Poppins antes que La bruja novata, y aunque me gustó, no me llegó a obsesionar tanto como esta última. ¿Por qué? Pues seguro que ya os lo estáis imaginando. 

Ambas películas compartían la característica de combinar animación con imagen real, y en ambas la animación constaba de animales parlantes, requisito indispensable para provocar en mí una reacción positiva. Pero eso no es todo. Como ya os he dicho, mi animal favorito era el guepardo, un felino que no solía verse en los dibujos animados y que, para mi sorpresa, aparecía en La bruja novata. Aunque su nombre no llegó a confirmarse, sus lunares característicos, su esbeltez y su rapidez casi sónica, estaban representados, por lo que no había lugar a dudas. Eso sí, los animales en esta película aparecían jugando al fútbol, deporte que a mí no me gustaba nada, pero que no venía al caso darle importancia. Al fin y al cabo, yo también veía la serie Simba en los mundiales de fútbol sólo por los dibujos de animales exóticos y realistas. Así que sí, La bruja novata ganaba a Mary Poppins por goleada, nunca mejor dicho. ¿Sólo por eso? No. En La bruja novata había magia. Sí, ya sé que en Mary Poppins también, pero ahí era diferente. La magia no se explicaba en ningún momento y parecía que sólo ella y el deshollinador podían hacerla por ser quienes eran. Lo cual, bien pensado, no es muy justo. La bruja novata tampoco era una experta en la materia, pero quizás fuera eso lo que la hacía interesante. La pobre mujer tenía una libreta donde anotaba hechizos bien sencillos de recordar, pero que a ella no le daba la cabeza para eso. Ni qué decir tiene que yo también anoté dichos conjuros en una libreta, y jugaba a decirlos en voz alta todo el tiempo.

Ahora, si me lo permitís, tengo que contaros esta anécdota sobre la película antes de pasar a hablar de otra. Yo vi La bruja novata gracias a que mis padres la grabaron en una cinta VHS cuando la echaban por la tele, cosa que no debió de pasar con Mary Poppins, porque acabo de buscar la duración de ambas películas y La bruja novata duraba menos. Entonces, ¿cómo es posible que esta fuese la película más larga que veía por aquella época? Pues muy sencillo, porque la televisión emitía cortes publicitarios de hasta una hora de duración, y yo tenía que pasarlos con el mando a distancia durante mucho tiempo. ¿Y a quién no le han estropeado una película con anuncios? Pues a mí me la estropearon bien, os lo aseguro. La anécdota está en que vi un montón de veces La bruja novata, pero la mayoría de ellas sin final. ¿Por qué? Pues porque la película con su ingente cantidad de anuncios no cabía en la cinta. Se lo dije a mis padres pero no fue hasta que la volvieron a echar en la tele que la pudieron grabar en dos cintas, y se quedaron impresionados de lo mucho que me faltaba por ver. Concretamente, desde que la bruja probaba por primera vez el hechizo de locomoción sustitutiva con el que pretendía echar a los Nazis de Inglaterra. Vamos, el tema de la historia.

CORAZÓN DE DRAGÓN


El tiempo pasó y no tardé en descubrir a la que sería mi criatura fantástica favorita: el dragón. Y la culpa de esto la tiene la película Corazón de dragón, de 1996. Poco puedo decir de ella aparte de que este ser me tenía fascinada, y no habría sido así, seguramente, si el dragón no hubiese estado amenazado en la historia. Este era el último de su especie, a causa del caballero de quien se haría aliado después, y tenía que esconderse de los humanos que lo odiaban y que querían destruirlo. Yo no deseaba que le pasase nada malo al final puesto que era el último, pero he de confesar que me gustaba mucho verlo en apuros a pesar de su tamaño y de su capacidad para volar. El dragón tenía la voz en español del gran Francisco Rabal. Respecto a los efectos especiales, todos coincidiréis conmigo en que no son muy buenos, pero por aquel entonces bien podía agradecer que quitando algunas escenas nocturnas en las que no se veía nada, el resto mostrasen al dragón de la cabeza a los pies, cosa que no siempre pasaba, o pasa, cuando se anda escasos de presupuesto. Eso sí, en lo que respecta a calidad de producción, he de decir que a día de hoy me sigue pareciendo muy buena su banda sonora, o al menos su épico y melancólico tema principal: Hacia las estrellas

Hay una interesante anécdota sobre esta película, en este caso positiva, y que a mí me parece una asombrosa coincidencia. Resulta que el actor que interpretaba al malo de la historia era, ni más ni menos, que mi futuro personaje favorito de Harry Potter: Remus Lupin. De hecho, recuerdo haberlo visto haciendo de villano muy diferente en otra película sobre dinosaurios. Y realmente no sólo estaba él, sino que acabo de descubrir gracias a la Wikipedia que también aparecía en ella el futuro Lucius Malfoy. Corazón de dragón tuvo varias secuelas, imagino que destinadas exclusivamente al mercado doméstico, y yo recuerdo haber visto la segunda, que me asustó y me obsesionó a partes iguales. Pero eso ya fue más tarde, y al fin y al cabo, la primera impresión es la que cuenta.

EL VIAJE DEL UNICORNIO


Sé que muy pocos conoceréis esta película, y no me extraña. El viaje del unicornio es un telefilme de 2001 dividido en dos partes, las cuales vi en un fin de semana cuando tenía siete años. Yo no había oído hablar del concepto telefilme, por lo que les pedí a mis padres que buscaran la película en DVD en el videoclub cada vez que fuesen, y ellos lo hicieron sin éxito alguno puesto que nadie parecía conocerla. Como habíamos cambiado el sistema de reproducción en casa y yo tenía la película grabada en una cinta VHS, sabía que no podría volver a verla... y así fue. A día de hoy he intentado buscarla y sólo la he encontrado en YouTube en mala calidad, y aún no la he vuelto a ver, pero no creo que sea necesario hacerlo para hablaros de aquella primera impresión, que de nuevo, es lo que cuenta.

Para que os hagáis una idea, El viaje del unicornio era El señor de los anillos de mi época, que mira tú por donde, ambas salieron el mismo año, aunque yo no vi esta última hasta cumplir los diez años. Ya había visto también La historia interminable y pensaba que no podía haber ninguna película de fantasía mejor, hasta que descubrí El viaje del unicornio. La primera parte me la pusieron mis padres el sábado por la tarde, y ni siquiera entera, porque estos no sabían que dichas partes estaban marcadas en la película y no era necesario pararla a ojo. Y me gustó, por supuesto. De hecho, os voy a dejar aquí la sinopsis: 

"Tras la muerte de su madre, una ilustradora de cuentos infantiles, Cassie Aisling, una niña de nueve años, empieza a soñar con el mundo mágico que su madre dejó inacabado. Por el contrario, su hermana mayor Miranda prefiere esconder su dolor tras una fachada de cinismo. En cuanto a su padre, un profesor de Historia Antigua, se esfuerza por mantener unida a su familia a pesar de la ausencia de su esposa. Su vida cambia radicalmente cuando los troles, unos seres furibundos, aparecen como por arte de magia con la intención de destruir a la familia Aisling. También hacen acto de presencia los bondadosos enanos Malachi y Sebastián, que ayudarán a los Aisling cuando todos son transportados al mundo de esas extrañas criaturas. A bordo de un magnífico navío de vela, El Unicornio, los Aisling deberán recorrer un mundo nuevo y maravilloso, aunque lleno de peligros, para averiguar por qué motivo son perseguidos".

Hasta aquí la película comparte con La historia interminable (e incluso con Las crónicas de Narnia, que vería más tarde), la característica de presentarnos a unos personajes que van a parar a otro mundo, el cual parece mejor que el suyo sólo porque en él existen otras criaturas. Y en cuanto a variedad de criaturas, creo que a día de hoy sigue ganando a todas estas películas, así que paso a intentar enumerarlas todas: troles, enanos, dríadas, minotauros, esfinges, centauros, hadas, duendes, elfos, magos, sirenas, unicornios, dragones... Cutres, eso sí. Pero suficientemente mágicas y maravillosas para una niña de siete años. Y por eso le tengo un enorme cariño. Por eso y porque al ver la segunda parte al día siguiente (acabando tarde por no haberla partido donde había que partirla), descubrí una sensación parecida a la que tuve cuando jugué el final de Dragon Age: Origins. Cerca del desenlace de la película, cuando la trama se había puesto muy intensa, recuerdo que los malos, es decir, los troles, capturaron a la niña, Cassie Aisling, quien trató de razonar con ellos para que dejasen de ser malos. Este fue uno de los momentos más infantiles y estúpidos de la película, durante el cual yo casi me subo por las paredes pensando que podía acabar así, perdiendo toda la admiración que se había ganado por mi parte hasta entonces. Por suerte, aunque parecía que el líder de los troles iba a aceptar, no lo hizo, descubriéndose que tanto a mí como a la niña nos había "troleado"... ejem, chiste malo. Pero la cosa no acaba aquí. Después de ver que el malo hacía exactamente lo que yo quería, al final aparece un legendario dragón (mi criatura mágica favorita), para salvarlos a todos en la escena más épica, mágica y hermosa que había visto nunca. La película era, pues, definitivamente perfecta. La primera que yo pude considerar así. Y eso significa mucho.

HARRY POTTER (2001) EL SEÑOR DE LOS ANILLOS (2001) LAS CRÓNICAS DE NARNIA (2005)


Y eso es todo, amigos. Con la llegada del nuevo siglo aparecieron otras películas que marcaron un hito en el fantástico, haciendo que este llegase a un público masivo gracias a la calidad de la producción y a las obras literarias en que se basaban. Yo disfruté de este fenómeno viendo primero Harry Potter y la piedra filosofal, después la trilogía de El señor de los anillos, y por último Las crónicas de Narnia. Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

Comentarios

  1. que vivan las películas infantiles!!! me encantan todas!!!

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    1. Corazón de dragón y El viaje del unicornio seguramente no las conoces, pero Merlín, La bruja novata y Mary Poppins igual sí porque Disney marcó la infancia de muchos niños. Y sin películas de fantasía como estas no sabríamos apreciar las grandes obras posteriores.

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  2. muy bello, bellisimo blog, me podrias decir, donde descargar "el viaje del unicornio"?

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    1. Muchísimas gracias por tus palabras, Douglas, me han alegrado un montón :)

      Pues me temo que yo también he buscado El viaje del unicornio porque me gustaría mucho volver a verla, pero no la he encontrado por ninguna parte. La única opción sería verla en YouTube con malísima calidad, o comprar el DVD en Amazon, que no es que esté muy barato...

      Agradezco tu interés y te deseo suerte. En breve me pondré a escribir la segunda parte de esta entrada. Un saludo ;)

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