Mi "primer" libro

Para empezar, me gustaría compartir con vosotros mi experiencia con mi primer libro, que no es el primer libro que escribo, pero sí el primero que consideré digno de ser publicado. Así pues, os voy a dejar un texto que escribí a modo de despedida cuando terminé la trilogía, porque eso es en lo que se acabó convirtiendo, y es lo que sigue siendo a día de hoy, por desgracia: una trilogía sin publicar. De la que me siento muy orgullosa y a la que quiero más que a nada en el mundo, eso sí.

MI PRIMERA TRILOGÍA DE FANTASÍA

Hoy es un día muy importante para mí. Muchos no lo saben y menos aún lo entienden, pero es así. Sólo quería contarlo para dejar constancia de ello y expresar lo que siento. 

Hoy es un día feliz, pero también triste. Es un día muy raro. Hoy he terminado de escribir un libro en el que llevo trabajando más de cuatro años. Mi primera trilogía de fantasía. 

Tengo también dos novelas de fantasía juvenil escritas durante el instituto, pero por la falta de tiempo había tardado años en terminar cada una, y eran demasiado incoherentes. Ésta la empecé en el verano del 2012, seguramente el año más duro de mi vida, y probablemente por eso también, el año en que me decidí a escribir por fin un libro de cara a publicar. Debido a las circunstancias que atravesaba, me vi obligada a dejarlo cuando tan sólo llevaba hechos dos capítulos. Éstos estaban recogidos en las páginas de una bonita libreta Paperblanks, pero acabaron en la basura. También tenía la ilustración del capítulo uno de la familia de la protagonista, que se salvó de la purga. 

Más tarde, ya en el 2013, me atreví a empezar de nuevo la historia tratando de mejorar ese comienzo. No obstante, ahora comprendo que no había nada que mejorar. La única que tenía que hacerlo era yo. Poco a poco mi situación se fue estabilizando, y gracias a esa estabilidad mi historia continuó hasta terminar, así como sus respectivas ilustraciones. Aprendí a mecanografiar por mi cuenta, la pasé a ordenador y la corregí, dejé que algunas personas de confianza la leyeran, y ya tenía el libro uno, mi primera novela de fantasía adulta con una historia entera y lógica. No podía estar más contenta. Así pues, me decidí a publicar. Por desgracia, no tardé en comprobar que si escribir un libro había sido difícil, venderlo iba a ser más duro todavía. Aunque nunca antes había estado tan segura de que una historia mía era válida para el público, mi opinión no era lo importante. 

Tras muchas editoriales y concursos perdidos, comencé la segunda parte de la novela. Ésta se volvió inevitablemente más oscura que la anterior. El mundo que había creado, que antes se sustentaba sólo por unos pocos personajes, ahora no paraba de crecer, y hasta yo sentía que se me escapaba de las manos. La historia parecía más compleja de lo que había imaginado en un principio, y el tercer libro iba a resultar el más difícil de escribir. No obstante, la estabilidad que yo tenía hasta entonces no había variado mucho, y estaba atravesando sin duda la etapa más feliz de mi vida. Pero todo lo que sube baja, y cuando me encontraba terminando el capítulo siete del tercer libro, algo ocupó mi tiempo más de lo deseado. Fue por ese motivo que el final, ya de por sí bastante duro, se convirtió en una odisea de más sufrimiento que placer, algo que yo ni me esperaba ni deseaba. 

A pesar de ello, hoy me encuentro aquí con la trilogía acabada, todavía con la ardua y lenta tarea de pasar el último libro al ordenador, como siempre, pero igualmente feliz por haber llegado al tan ansiado final. Casi no me lo creo. También estoy triste por decir adiós a una historia que me ha acompañado a lo largo de tanto tiempo y de la que me he enamorado más que de ninguna otra cosa en el mundo. No va a ser fácil despedirse. Y siento que no quiero hacerlo. Sobre todo no quiero tener que guardarla en un cajón y renunciar a ella. Aunque no pueda escribir más libros, éste siempre me acompañará, y nada me gustaría más que viera la luz algún día, para que todo ese esfuerzo y amor, sean correspondidos.

Miércoles 22 de Febrero de 2017

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