El romanticismo en la literatura

¿Te gusta la literatura romántica pero no sabes qué libro leer? Pues estás de suerte. A falta de escribir el epílogo y completar mi nueva novela, regreso al blog para compartir con vosotros este interesante artículo de la Wikipedia que he corregido y ampliado como en el caso del resumen de Vampiros de la editorial Atalanta, que ya iba tocando un repaso por las obras y los autores más representativos de este movimiento a lo largo y ancho de occidente.

Paisaje de invierno con iglesia (1811) Caspar David Friedrich

ROMANTICISMO ALEMÁN
 
En primer lugar, el Prerromanticismo reaccionó contra la Aufklärung o ilustración alemana con autores como Albrecht von Haller y su poema Los Alpes, seguido por la admiración de lo infinito y lo insignificante en el paisaje de Klopstock y el apasionado y suicida poeta Heinrich von Kleist (1777-1811). Surge con fuerza el movimiento Sturm und Drang (tempestad e ímpetu), que se opuso al racionalismo neoclásico para exaltar la rebeldía de la juventud, la pasión y la intuición creadora.
 
Después vinieron autores más importantes, la llamada primera generación romántica (Frühromantik). Son Goethe, autor de la obra maestra de esta estética en literatura, las dos versiones del drama Fausto; el dramaturgo Friedrich Schiller, los poetas Friedrich Hölderlin, Novalis y Karoline von Günderrode, así como los ensayistas Ludwig Tieck, hermanos August y Friedrich von Schlegel, Clemens Brentano y Achim von Arnim.
 
En la segunda etapa (jüngere Romantik) destacan los hermanos Grimm, Jakob y Wilhelm, importantes filólogos y compiladores de tradiciones y cuentos populares, muchos de ellos de hadas; E. T. A. Hoffmann, creador de relatos fantásticos, y, en el teatro, Georg Büchner fraguará dos tragedias maestras: La muerte de Dantón (1835) y Woyzeck. Otras figuras importantes son Adelbert von Chamisso (1781- 1838), autor de La maravillosa historia de Peter Schlemnihl, también sobre el mito de Fausto, y Joseph von Eichendorff, autor de una novela picaresca, Aus dem Leben eines Taugenichts (De la vida de un tunante, 1826). El poeta más importante es Heinrich Heine, autor de un Romancero y un Libro de cantares
  
ROMANTICISMO INGLÉS
 
El Romanticismo comenzó en Inglaterra casi al mismo tiempo que en Alemania; en el siglo XVIII ya habían dejado sentir un cierto apego reaccionario por la Edad Media (los prerrománticos Thomas Chatterton, James Macpherson) y una nueva sensibilidad melancólica había sido explorada por los llamados poetas de cementerio, corrientes ambas que convergen en el Prerromanticismo inglés; pero el movimiento surgió a la luz del día con los llamados poetas lakistas (Wordsworth, Coleridge, Southey), y su manifiesto fue el prólogo de Wordsworth a las Baladas líricas publicadas conjuntamente por los dos primeros, aunque ya lo habían presagiado en el siglo XVIII Edward Young con sus Pensamientos nocturnos o el originalísimo William Blake.
 
Lord Byron, Percy Bysshe Shelley, Mary Shelley y John Keats son los líricos canónicos del Romanticismo inglés. Después vinieron el narrador Thomas De Quincey, y los ya postrománticos Elizabeth Barrett Browning y su marido Robert Browning, este último creador de una forma poética fundamental en el mundo moderno, el monólogo dramático.
 
En narrativa destacan el escocés Walter Scott, creador del género de novela histórica moderna con sus ficciones sobre la Edad Media inglesa y escocesa, imitadas en todo el mundo y hasta en la propia Escocia por Robert Louis Stevenson, y otro nuevo género romántico, las novelas góticas, entre las cuales destacan Los misterios de Udolfo (1794), de Ann Radcliffe; Las aventuras de Caleb Williams (1794), de William Godwin; El monje, de Matthew Lewis, o Melmoth el Errabundo, de Charles Maturin.
 
ROMANTICISMO IRLANDÉS
 
En el nuevo género romántico del gótico destaca la novela Drácula (1897), de Bram Stoker, y la novela corta Carmilla (1872), de Sheridan Le Fanu.
 
ROMANTICISMO ESCANDINAVO
 
Aunque el influjo de la Ilustración fue hondo y persistente en Escandinavia, particularmente en Suecia, el Prerromanticismo arraigó pronto y se extendió con facilidad, pues el clasicismo estético nunca llegó a penetrar de veras en las literaturas nórdicas. Sin resistencia revivieron los temas de las sagas y los escaldas, por ejemplo en Rolf Krage y La muerte de Balder del lírico danés Johannes Ewald (1743-1781), acaso el más inspirado de los poetas escandinavos de su tiempo. También escribió en prosa ensayos que contribuyeron a fijar el estilo. Tras Ewald, el movimiento se asienta y da un gran poeta en Suecia: Erik Johan Stagnelius (1793-1823), y dos destacados autores en Dinamarca: Adam Oehlenschläger (1779-1850) y Bernhard Severin Ingemann (1789-1862). 
 
ROMANTICISMO NEERLANDÉS
 
El principal escritor romántico neerlandés es el poeta y clérigo calvinista Willem Bilderdijk (1756-1831), cuyos coterráneos suelen situar junto a Goethe y Lord Byron. Tradujo a Ossian entre 1802 y 1806. Lo acompañaron Hieronymus van Alphen (1746-1803), Rhijnvis Feith (1753-1824), Hendrik Tollens (1780-1856) y Anthony Christiaan Winand Staring (1767-1840).
 
ROMANTICISMO POLACO
 
El genio de la poesía polaca fue Adam Mickiewicz (1796- 1885), cuyo poema Dziady (Los antepasados) está inspirado en tradiciones legendarias del país y en su Libro de la peregrinación polaca narra las desventuras de Polonia. Juliusz Słowacki es el principal dramaturgo polaco del Romanticismo; escribe bajo el influjo de Goethe y Victor Hugo y sobresale también como poeta, escribiendo leyendas nacionales. Por último fue un lírico muy original el visionario Zygmunt Krasiński, de inspiración religiosa y dantesca. Estos tres autores son conocidos como los Tres Bardos (Trzej Wieszcze en polaco). Otros autores importantes, pero pertenecientes a la rama del Romanticismo tardío, fueron Cyprian Kamil Norwid y Stanisław Wyspiański.
 
ROMANTICISMO CHECO

En la literatura checa destacan los escritores Karel Hynek Mácha y František Čelakovský, y el eslovaco, y también ideólogo del paneslavismo romántico, Ján Kollár.

ROMANTICISMO HÚNGARO Y RUMANO

En Rumanía, su máximo exponente fue Mihai Eminescu y, entre los húngaros, sobresalió el poeta Sándor Petőfi.
 
ROMANTICISMO RUSO

En Rusia, el Romanticismo supuso toda una revolución, pues autorizó como lengua literaria el hasta entonces poco cultivado idioma ruso. Se forjó en el Círculo Arzamás de San Petersburgo constituido entre 1815 y 1818 por Aleksandr Pushkin, Vasili Zhukovski, Konstantín Bátiushkov, Piotr Viázemski, etc. Pero la gran figura del movimiento fue Aleksandr Pushkin, acompañado de numerosos seguidores e imitadores. El primero en escribir un poema romántico fue Vasili Zhukovski (1783-1852) con El cementerio de aldea. Le siguió su discípulo Konstantín Bátiushkov (1787-1855) y los llamados poetas decembristas rusos, los revolucionarios Kondrati Ryléyev (1795-1826), Wilhelm Küchelbecker (1797-1846) y Aleksandr Bestúzhev (1797-1837). Tras el Romanticismo filosófico del grupo Liubomudri, formado por el poeta Dmitri Venevítinov (1805-1827), el último gran romántico ruso es Fiódor Tiútchev (1803-1873).
 
ROMANTICISMO FRANCÉS
 
El Romanticismo francés tuvo su manifiesto en Alemania (1813), de Madame de Staël, aunque el gran precursor en el siglo XVIII fue Jean-Jacques Rousseau, autor de Confesiones, Ensoñaciones de un paseante solitario, el Emilio, Julia, o La nueva Eloísa y El contrato social, entre otras obras.
 
En el siglo XIX sobresalieron François-René de Chateaubriand, Victor Hugo, Charles Nodier, Alphonse de Lamartine, Alfred Victor de Vigny, Alfred de Musset, Gérard de Nerval, George Sand, Alexandre Dumas (tanto hijo como padre), entre otros; son los mayores representantes de esta estética literaria. También cabe destacar a Senancour, Benjamin Constant, Prosper Merimeé, Théophile Gautier, Stendhal y Barbey d'Aurevilly.
 
Junto a estos autores, cabe reseñar el resurgimiento de literaturas en lenguas no oficiales como la provenzal, en la que escribe el grupo Félibrige, acaudillado por el gran poeta Federico Mistral y que pretende restaurar la antigua poesía trovadoresca medieval. Entre sus obras cabe destacar la Mireya.
 
ROMANTICISMO ITALIANO
 
El Romanticismo italiano tuvo su manifiesto en la Lettera semiseria di Grisostomo al suo figliolo de Giovanni Berchet (1816) y destaca, sobre todo, por la figura de los escritores Hugo Foscolo (1778-1827), autor del famoso poema Los sepulcros y de Ultime lettere di Jacopo Ortis (Últimas cartas de Jacopo Ortis), una novela epistolar inspirada en el Werther de Johann Wolfgang von Goethe, considerada la primera novela italiana moderna, y Giácomo Leopardi (1798-1837), cuyo profundo pesimismo se vierte en composiciones como A sí mismo, El infinito o A Italia. El Romanticismo italiano tuvo también una gran novela histórica, I promessi sposi (Los novios), de Alessandro Manzoni.
 
ROMANTICISMO ESPAÑOL
 
Algunos escritores liberales españoles, emigrados por vicisitudes políticas, entraron en contacto con el Romanticismo europeo, y trajeron ese lenguaje a la muerte del rey Fernando VII en 1833. La poesía del romántico exaltado está representada por la obra de José de Espronceda, y la prosa por la figura decisiva de Mariano José de Larra. Un Romanticismo moderado encarnan José Zorrilla (dramaturgo, autor del Don Juan Tenorio) y el duque de Rivas, quien, sin embargo, escribió la obra teatral que mejor representa los temas y formas del Romanticismo exaltado: Don Alvaro o la fuerza del sino
 
Un Romanticismo tardío, más íntimo y poco inclinado por temas político-sociales, es el que aparece en la segunda mitad del siglo XIX, con la obra de Gustavo Adolfo Bécquer, la gallega Rosalía de Castro, y Augusto Ferrán, que experimentaron el influjo directo con la lírica germánica de Heinrich Heine y del folclore popular español, recopilado en cantares, soleás y otros moldes líricos, que tuvo amplia difusión impresa en esta época.

ROMANTICISMO PORTUGUÉS

En Portugal introdujeron el Romanticismo Almeida Garret y Alejandro Herculano; puede considerarse postromántico al gran poeta Antero de Quental.

El hecho decisivo en la introducción del movimiento fue la publicación del poema Camoens de Almeida Garret en 1825, tras su viaje a Inglaterra, donde se imbuyó de los principios de esta estética. A una segunda generación de escritores románticos pertenecen Castello Branco y Julio Diniz.
 
ROMANTICISMO ESTADOUNIDENSE

El Romanticismo estadounidense, salvo precedentes como William Cullen Bryant, proporcionó a un gran escritor y poeta, Edgar Allan Poe, precursor de una de las corrientes fundamentales del Postromanticismo, el Simbolismo, renovador de la narración gótica y creador del relato policíaco, y a James Fenimore Cooper (discípulo de las novelas históricas de Scott), cuyo gran tema es la novela de pioneros. Se puede considerar un postromántico al originalísimo pensador anarquista Henry David Thoreau, introductor de ideas anticipadas a su tiempo como la no violencia y el ecologismo, autor de Walden o la vida en los bosques y del famoso ensayo Sobre la desobediencia civil. En los Estados Unidos también se habla de un grupo de ensayistas bajo la denominación de Transcendentalismo que engloba a Ralph Waldo Emerson y a Thoreau.

ROMANTICISMO ARGENTINO

Entre las obras más importantes del movimiento se destacan La cautiva y El matadero (ambas de Echeverría), el Martín Fierro (obra maestra de José Hernández), Amalia (de José Mármol), Facundo (de Domingo Faustino Sarmiento) y el folletín dramático Juan Moreira (de Eduardo Gutiérrez, considerado fundador del teatro rioplatense).

ROMANTICISMO COLOMBIANO

El Romanticismo en Colombia se manifiesta en los géneros narrativo y lírico. Sus principales representantes fueron: José Eusebio Caro, Gregorio Gutiérrez, Julio Flórez, y en especial Rafael Pombo y Jorge Isaacs.

ROMANTICISMO MEXICANO

El Romanticismo mexicano se distinguía por amalgamar el periodismo, la política, el positivismo y el liberalismo, pues surgió en los años previos a la revolución mexicana. El poeta Manuel Acuña es posiblemente el máximo representante del Romanticismo en México, aunque también destaca el trabajo del poeta Manuel María Flores (autor del poemario Pasionarias), Guillermo Prieto e Ignacio Manuel Altamirano.

OTROS ROMANTICISMOS EN LATINOAMÉRICA

Otros nombres que destacan son los cubanos José María de Heredia y Gertrudis Gómez de Avellaneda. Cabe citar también la primera parte de la obra del notable narrador chileno Alberto Blest Gana, cuya producción modelada por el costumbrismo de Balzac se interna en las fisuras del idealismo romántico. También las obras del guatemalteco José Batres Montúfar han sido muy importantes en toda Latinoamérica. Por otra parte, los venezolanos Juan Vicente González, Eduardo Blanco y Juan Antonio Pérez Bonalde fueron los representantes del movimiento en ese país.

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